Érase una vez un aldeano llamado Siso, éste aldeano tenía una esposa y dos hijos Pepe y Quivo.
Un día cuando llegaba de trabajar escuchó un rumor que podía ser cierto o no, pero la cosa es que esa cascada era una leyenda.Cuando llegó a su casa se lo dijo a su familia y cuando lo oyeron se asombraron tanto que al día siguiente se estaban preparando para ir a su busca.
Siso le pidió a su jefe cuatro semanas libres, y cuando salió del trabajo partieron.Estuvieron días y días hasta que llegaron a un pueblo,una vez en el pueblo le pidieron ayuda a toda la gente de aquel poblado, pero nadie les escuchó.
Entonces después de descansar pusieron rumbo otra vez a su viaje.Tras una semana de caminatas sin descansar se dieron cuenta de que aquella catarata solo era una leyenda y todos, bueno, casi todos decidieron rendirse menos el pequeño Quivo que se ilusionó tanto que al final encontró la catarata, llamó a su padre y a su madre pero no la veían porque solo las personas con esperanza de encontrar la catarata la podían ver.
Los padres de Quivo no conseguían comprender lo que les decía hasta que tras largas horas encontraron la catarata porque recuperaron la esperanza.
